1. Tu hijo mejorará su concentración y capacidad de aprendizaje
Las regiones del cerebro implicadas en el procesamiento de la música también son necesarias para otras tareas. Por ejemplo, Cuando tu hijo toca un instrumento o canta frecuentemente, mejora sus habilidades de lenguaje, memoria e inteligencia espacial. Esta última es fundamental para los pensamientos de la vida cotidiana, desde solucionar problemas matemáticos complejos hasta elegir su lonchera.
¡Una buena edad para iniciarse en el estudio musical es a partir de los 5 años!
2. ¿Sabias que los más pequeñitos también se estresan? 😳 Puedes animar a tu hijo a aprender a tomar todo con más calma y disminuir el estrés del día a día
La música genera sustancias en el cerebro que lo ayudarán a mejorar sus estados de ánimo y reducir los niveles de ansiedad.
Desde los tiempos antiguos, se ha sabido que ciertos tipos de música pueden ayudar a calmar el estrés, incluso afectar el crecimiento de las plantas.
Ahora, imagínate los efectos si tu hijo aprende a tocar su canción favorita.
¡La música puede ayudar a reducir significativamente la irritabilidad y promover la calma!
3. ¡Tu hijo podrá identificar sus emociones para relacionarse mejor consigo mismo y los demás!
Al tocar un instrumento o usar su voz, además de ejercitar su cerebro mejorando su inteligencia, también aprende a sentir pasión, a controlar sus emociones y a expresarse a través de la música!
Aprender a expresarse le ayudará en el camino del autoconocimiento y de esa forma podrá relacionarse más armónicamente consigo mismo y su entorno.
Expresar los sentimientos hace que se desahogue y libere tensión mejorando su estado de ánimo.
Así que..
¡Construye un plan con tu hijo! Dedicar diariamente 15 minutos a la práctica musical mejorará su memoria y concentración.
Motívalo a tocar su canción favorita y vas a notar como cosas que antes le estresaban, ahora las toma con calma!
Cuando tu hijo practica música mejora la forma de expresar sus sentimientos y reconocer los de los demás!